Es
fácil adivinar en las películas de triángulos amorosos, aun sin saber el guión,
quienes serán los protagonistas de la escena final del beso: los guapos.
A
los feos siempre se les excluye.
Es
que acaso los feos no aman?. Peor aún,
¿no tienen derecho a ser amados?
Según
Platón, la belleza es algo de origen divino y que inspira al amor. En su obra “el
banquete”, habla por boca de uno de sus personajes diciendo que “El Amor no
camina sin Venus, es decir, que no se explica sin la belleza”.
En
la literatura encontramos varias obras de fama universal donde los protagonistas son feos enamorados. Por
un lado, encontramos el grupo de feos cuyo amor ha sido capaz de despertar
reciprocidad en la persona amada y este mismo amor los redime de su fealdad: la
bestia de “bella y la bestia”, y el sapo de “la princesa y el sapo”.
Por
otro lado, aquellos, herencia literaria
del monstruo Polifemo, y cuyo amor no resuelto los lleva a la muerte o la tragedia:
Quasimodo, el fantasma de la ópera, Cyrano , King-Kong, , etc.
En
ambos grupos, bien sea porque se transforma en belleza o porque acaba con la
vida, parece que el amor no pudiera convivir con la fealdad.
De
todas estas historias, me atrae particularmente la de Polifemo, por ser la
primera de una saga de feos enamorados, y además por tener la particularidad en
las versiones pre homéricas, de que en este historia, bella y bestia estaban previamente enamorados.
Dicen
las primeras versiones de este mito griego, que Galatea, una de las cincuenta Nereidas,las diosas del mar, se debía en cuerpo y alma al gigante Polifemo, de la familia de los cíclopes
sicilianos, sin importarle los rasgos monstruosos de este gigante salvaje, sucio y con un solo ojo en la frente. De esta unión nacieron tres hijos: Gálata, Celto e Ilirio, epónimos de los
pueblos de los gálatas, los celtas, y los ilirios respectivamente.
Annibal Carracci. Polifemo airado ante la fuga de Galatea. (1509-1606)
La historia se tuerce cuando Galatea conoce a un
hermoso pastor, Acis, cuyo atractivo físico al parecer hacen ver como
repulsivos los de su hasta entonces amado.
Es aquí cuando Polifemo, preso de los celos mata
a Acis a pedradas y la sangre de su cadáver por obra de la capacidad divina de
Galatea, es convertida en el río pedregoso de aguas limpias que lleva su nombre
en Sicilia.
En la versión de Homero y posteriores, Polifemo
nunca consiguió el amor de Galatea, muy al contrario, aunque intentaba mejorar
su imagen arreglándose el pelo y la
barba, y desnudando su alma en sonetos de amor, esta le devolvía el esfuerzo con
burlas y desprecios.
La conducta de la joven reanimó los instintos
salvajes y crueles del monstruo, y mató a Acis cuando descubrió el verdadero
foco de amor de esta..
Inicia así, una saga literaria de monstruos/feos
no correspondidos.
Fuente de Polifemo. Jardines de Luxemburgo, París
El monumento escultórico recrea el momento en que Galatea y Acis son descubiertos por el traicionado Polifemo
Para la pintora mejicana Frida Kahlo, tanto la belleza
como la fealdad de los seres humanos, son
un espejismo de la forma, ya que los demás acabarán siempre viendo nuestro
interior que es donde radica la verdadera belleza.
Pero,
¿habrá entonces interiores tan profundos a los que no se puede acceder?. Por fortuna,
si como dice Platón, el Amor va unido a la belleza, también el amor está
eternamente unido al alma (Psique), de quien está enamorado, y esta no se
expresa con la forma.
W. Adolphe Bougereau. Psique y Eros
Es decir, al amor no le importa la belleza.
….y, ¿al sexo?. Esto es otra historia.