lunes, 23 de junio de 2014

Depilación: pasado y futuro



No digo que se equivocara, pero sí que tuvo poca visión de futuro la madre naturaleza cuando dotó  al cuerpo humano de pelo corporal en toda su superficie.

Vale que en un principio le sirviera al hombre primitivo para protegerse del frío, lo cual  posiblemente no era para tanto, ya que tuvo que inventar el vestido. Vale que también sirviera para proteger del roce entre los miembros, como en el caso del pelo axilar, o entre individuos, como el pelo púbico, pero el hombre  tampoco le encontró mucha ventaja a esto y resultó más ser un nido de insectos que otra cosa.

En fin, que ya desde muy tempranas épocas, el hombre ha querido deshacerse de él. Prueba de ello lo encontramos en representaciones pictóricas egipcias y en algunos textos de la época y lugar (papiro de Eber) donde se relata la bondad de la depilación corporal total y de los medios para realizarlo.

Solo el pelo de la cabeza ha resultado ileso en esta tendencia eliminatoria y por el contrario,  todas las culturas lo han valorado como elemento estético- decorativo, cuando no  poseedor de propiedades mágico religiosas.

Incluso, aquellos que por razones de higiene lo eliminaron, cubrieron luego sus cabezas con sofisticadas pelucas.

La depilación corporal se impuso también entre las culturas grecolatinas, dando al cuerpo depilado un valor estético y erótico más allá del mero hecho de la higiene corporal. Ovidio, en su “arts amandi” lo aconseja tanto para hombres como para mujeres si es que quieren lucir atractivos ante su pareja.

Tal vez fuera  este valor erótico la causa de  su persecución por las religiones cristianas  de los siglos posteriores y que consiguieron durante mucho tiempo que se abandonara, al menos en público, esta práctica estética.

Tal vez se abandonase la práctica, pero no el valor estético. Prueba de ello son las imágenes de pintura y escultura de los siglos XVII, XVIII y XIX . El ideal greco latino se mantiene y los cuerpos tanto masculinos como femeninos  de Ingres, Jacques L. David, De la Croix, Bougereau, Bernini, etc. no tienen un pelo en toda la superficie que se enseña o se insinúa. ( ver figuras al final del texto).

Con el siglo XX  presenciamos la revolución moral, religiosa, filosófica y  política contra todos los cánones impuestos. El cuerpo, sobre todo el femenino, vuelve a  poder ser mostrado  públicamente (al menos en nuestra civilización occidental), en una gran extensión sin que nadie se escandalice. La exhibición de brazos, hombros y piernas se convierte en algo habitual y natural y la presencia del pelo, aleja mucho a esta imagen de los cánones que tenemos como hermosos en la iconografía del arte.

Primero las mujeres. Incluso con sufrimiento.

“Para presumir hay que sufrir”  se empezó a acuñar,  hacen uso primero de las cuchillas de afeitar de padres y maridos y más tarde de ceras depilatorias,  y otros artilugios cada vez más sofisticados.
Mas tarde y tímidamente los hombres. Primero con la disculpa  de que el pelo molesta para hacer deporte y que es un hándicap en la consecución de marcas, y luego, no nos engañemos por pura y dura razón estética.

Porque se impone.

Porque tal vez es más cómodo.

Porque lo piden ellas.

El negocio de la depilación es uno de los más florecientes y comprende desde la fabricación  de cuchillas, cremas depilatorias maquinillas para ellos, maquinillas para ellas, salones de belleza especializados, tecnología médica y centros médicos.


El caso es que aunque  en nuestros genes esté determinado que tengamos pelo corporal. Este ya nace con los días contados.


  William a. Bougereau: La bañista (1870)


 Canova. Teseo y el centauro

 Caravagio: San Juan Bautista

Jacques Louis David: Eros y Psique

Jean Auguste Ingres: nacimiento de Venus

2 comentarios:

  1. BELLO SIN VELLO

    Muy interesante la reflexión sobre el arte y la depilación. No seré yo quien me oponga al consejo de Ovidio a hombres y mujeres para lucir atractivos ante su pareja. Es indiscutible que el cuerpo humano es mucho más bonito sin pelo y además destila un irresistible poder erótico.

    Como bien sabes, a mí me seduce más el séptimo arte, y no puedo dejar de acordarme de aquellos frondosos bosques de los tiempos del destape. Vistos desde la perspectiva de los años que han pasado, parece mentira que nos excitase tanto, y siempre pensaré que lo hacían más por el deseo de lo prohibido que por la estética. Pero si hay una película que se me viene a la mente es "Vente a Alemania, Pepe". Al final de la película Alfredo Landa luce su torso desnudo, más propio de oso que de ser humano, dando vueltas en un escaparate, y del otro lado un apolíneo alemán que ya en 1971 se depilaba con Zaruk. Dichosos alemanes ya a principio de los 70 nos sacaban ventaja.

    De todas maneras, me pregunto: ¿qué pasará si, ahora que hemos optado por soluciones definitivas contra el vello, vuelven a ponerse de moda las pelambreras corporales?

    Enhorabuena Manuel, me ha encantado tu blog.

    MOISES

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  2. Habrá que estar ojo avizor para ver que solución "médica" nos trae la "industria cosmética". Ya caerá algo.
    Gracias Moisés por tu comentario y espero nuevas aportaciones sobre el Séptimo Arte.

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